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- 15 sé perdonarles muy poco. Y esto lo hago vo, yo que tantas molestias causo á Jos demás. con quien tanto tienen que sufrir, y á quien tanto tienen que perdonar mis hermanos. La soberbia me impide muchas veces oir las inspiraciones de Jesús, y cuando las oigo. regateo con El cuanto he de darle, hasta qué punto he de a:enderlas. Y muchas veces las desprecio: quiero hacer mi volunod y no la de Jesús. ¡Pobre de míl m Jesús de mi vida, yo quiero ser manso y humilde de coraión. Quiero ser discípulo aprovechado. Quiero aprender de Tí. Quiero ser paciente en Ja adversidad co· mo Tú lo fuiste; y cuando mi coraz6n se sienta desfallecer, á Tí acudiré, que eres la Fortaleza misma, diciéndote como Tú á tu Padre celestial: Jesús mío, si es posible, pase de mí este cáti:r; pero no, no se haga mi vo · /untad, sino la tuya. Quiero ser afable con mis hermano;. Tú diHe la vida por mí, por ellos, y aun á los que te crucificaban disculpas1e ante tu Padre celestial: Perd6nalos, Señor, que no saben lo que hacen. Quiero escuchar tu divinas inspiraciones y cumplirlas. Habla á mi corazón, que yo te oiré: mándame, que yo te obedeceré.