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- J ~ - MEDITACIÓN Bienaventurados los man– sos; porque ellos poseerlo la llcrra. (SAN Jd.•TF.O, V, ~). 1 Desp,ués de Jos pobres, Jesús llama bien · avenmrados· á Jos mansos. Sí; manso era Jestís, y Jesús era bien– aventurado. •Aprended de mí que soy man· so y humilde de corazón• . Y ¿qué mansedumbre es ésta, Jesús mío, que de Tí hemos de aprender y que nos ha de hacer bi~naventurados? · Mira, hijo mío; manso es el que sufre •con paciencia las adversidades de esta vida, esin quejarse de mi Padre 9ue las envía para epurificar su alma, recibieodolas y agrade– •Ciéndolas como regalos de mi Padre celes– •tial. ¿Acaso te figuras que no quiere El y •procura tu felicidad? Manso es el que sufre econ paciencia las molestias de sus herma - «nos. Al fin son sus hermanos, y mi Padre

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