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rias de vuestros enemigos y las Ingrati– tudes de vuestros amigos. Para ellos y para mi, oh Jei:ús Nazareno, os suplico una dulce mirada que sea prenda del perdón que nos concedéis, y así perdo– nados, seamos dignos de obtener la gra– cia e;pecial que, mediante esta Novena, espera111os coníiadamente de vuestra so– bera na misericordia, apoyando nuestra súplica en los dolore.; de vuestra afligida ¡\ladre. Amén. La oración de Jesús en el huerto MEOITACION La oración de Jesús Nazareno en el huerto fué humilde, confiada, fervorosa y perseverante, enseñándonos que debe– mos orar siempre. Orad y velad, para que no caigáis en la tentación, pues el espir itu está pronto, mas la carne es inconstante. Jesús aconseja a los após– toles la oración, no para que no sean tentaJos, sino para que no sean venci– dos. Jesús quiere decirles: •Vosotros, apóstoles míos, habéis sido testigos de mi doctrina y de mis milagros y fortale– cidos con mis consejos, mas no basta 5

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