BCPAM00501-5-38(3)000000

Fruto práctico. Si me espanta el vi– \'ir como penitente, debo recordar que tampoco debí ser pecador. Pequé por mi soberbia, luego, en peni\encia, debo llevar sobre mi cabeza la corona de es– pinas ele la humildad, sintiendo siempre bajamente de mi. ORACION ¡Oh Jesús amoroso que coronáis de gloria a vuestros escogidos! Gracias os doy por las luces que ahora misericor– diosamente os habéis dignado conceder– me. Conozco que para gozar en la eter– nidad del cielo debo padecer en el tiempo, y por eso os .suplico que moderéis en mi la inclinación desordenada que me arras– tra a complacer a mi.s sentidos Dadme amor al sufrimiento, y espíritu y fuerza para llevarlo por vuestro amor. ¡Cuán bueno sois y cuan misericor– diosamente os habéis mostrado con esta criatura vuestra, la más ingrata e indig– na que existe sobre la tierra! Vos, con amor Inmenso. habéis cargado con mi.s pecados en la coronación de espinas¡ ha– ced que por esta corona merezca la co– rona de la gloria. Amén. Oración final, pág. 7 27

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz