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Cinco Padrenuestros a las llagas de Jesús Nazareno. Fruto práctico. Sabiendo, como sé, por una triste ex1>eriencia, cuán propenso soy a cometer toda clase de pecados, pediré a Jesús Nazareno no me abando– ne nunca. ORACION Sin vuestra gracia, oh Dios mío, soy capaz de todo lo malo y en mi fragilidad imitaré las recaídas de v11es1ro apóstol. Y si él, después de haber adquirido en vuestra compañía tantos mérito,;, cayó y pecó, ¿en qué fiaré yó? ¿Cómo no tiem– blo y me humillo viendo caer a esa co– lumna de la cristiandad? Lleno de espan– to y confusión, elevo a Vos mi súplica. diciendo: ¡Señor, tened piedad de mí y dadme los auxilios de vuei;tra gracia, para perseverar en vuestro santo servi– cio; que nunca vuelva a ofenderos! Ale– jad de mi alma toda vana presunción y que cada momento sienta la divina for– taleza de v.uestro poder. Amén. Oración final, pág 7. 18