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la hora vue1>tra, la hora de la malicia y de la perversidad" El Hijo de Dios, la bondad suma. el que ha empleado toda su vida haciendo bien, va a ser tratado como un facine– roso. La perversión del corazón juzga perversos a los demás; por eso Judas y los fariseos. de corazón perverso, tratan de perverso a Jesucristo. i Con qué mansedumbre el divino Nazareno sopor– ta este trato tan ignominioso' El que con una palalira pudiera deshacerse de todos sus enemigos, se deja prender v luego encarcelar! · · Aprende, alma mía. a reflexionar so– bre tus pecados, sobre tus acciones, y si algún juicio menos favorable lanzan sobre tu vida, sea Jesús Nazareno tu es– pejo y modelo; sufre con p<1ciencia y hu– mildad por las veces que tú has negado la inocencia y santidad de Jesús y cuan– tas has preferido servir al mundo antes que a El. Perdona, Jesús bendito, mis pecados y, mientras los judíos te tratan tan igno– miniosamente, yo te confesaré y publica– ré que TU SOLO ERES SANTO. 10

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