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DIA NOVENO MEDITACION sobre la protección de la Virgen María Qu.i me inutneri4 invenitt vita PUNTO PRIMERO Para todos están abiertos los brazos de la Virgen María, a todos extiende su maternal solicitud y sobr todos despliega las alas de su santa protección. Es tan ta su bondad, tan grande su piedad y tan ardiente s caridad, que se adelanta, dice San Bernardo expli cando el texto sagrado, a cuantos buscan su ampar y requieren su protección. No ha conocido el hombr largueza más espléndida ni grandeza más generosa Todo lo existente pende de su voluntad, y de todo s sirve para favorecernos a cuantos la llaman e invocan Si consideramos atentamente lo que en el mundo acon tece, echaremos de ver que son muchos los millones d personas las cuales imploran con fervor el auxilio d Ja Virgen Madre, depositando en su maternal Corazón toda su confianza. ¡Oh, es tan conmovedor el espec táculo que se ofrece todos los días a las devotas re flexiones del alma verdaderamente cristiana! ¿Qué pueblo hay que no salude a la gloriosísima Reina de los Cielos apenas aparece el alba en el Oriente? ¿Qué aldea cuyas campanas no lancen a los espacios el Ave María al retirarse las tinieblas de la noche? ¿Qué r in cón del planeta ~n el que no se pronuncie con ternura filial su dulcísimo Nombre? ¿Qué casa, en una palabra, de cuyo hogar no se eleven fervientes plegarias y en tusiastas alabanzas? ¡Ah! si nos propusiéramos descri bir una por una todas esas magníficas escenas en las .19

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