BCPAM00501-5-38(1)000000

que la distinguía extraordinariamente, y la bendijo debió alegrarse sumamente considerando su inmens dicha, y se alegró; pero, ¿podía caberle cumplida y per feda alegria hallándose aún la pobre humanidad des terrada, sentenciada a muerte y bajo la tiranía d Lucifer? Imposible. ¿Qué importaba a Ja Virgen Ma ría el que Dios y los ángeles la acompañasen en su inefables alegrías por sus triunfos sobre Lucifer y s elevación a la dignidad altísima de Madre del Verbo si sus hermanos, los hombres, continuaban encadena dos y hechos el ludibrio del Infierno? Sus alegrías n se completaron hasta que su Divino Hijo Je present Jos laureles del triunfo, de la paz y de Ja redención. PUNTO SEGUNDO Considerando atenta y piadosamente las alegría de nuestra amantísima Señora y Madre, descubrimo siempre en ellas un motivo principal, al que está subordinados todos los demás. ¿Cuál es y en qué con siste? El mismo que movió a Dios a otorgarle distin ciones tan soberanas y colmarla de privilegios tan ex cepcionales, es a saber: la redención del linaje hu mano. Por consiguiente, todas las alegrías de la Vir gen María se hallan íntimamente relacionadas co un fin único logrado el cual, todas se refundirán e una, que no tendrá término. Pensemos y meditemos. ¿Por qué la exime Dios d la culpa original? Porque la tiene destinada para Ma dre suya. ¿Por qué la escoge para Madre suya? Por que es necesaria Ja Encarnación del Verbo en las en trañas de una mujer, para acabar con la tiranía infer nal y abrir al hombre las puertas del Cielo. Si, pues, por el rescate y felicidad del hombre ha sido libertada o más bien, exenta del pecado original y hecha Madr 3

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz