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reciso ver muerto a su Hijo, y no podía menos d ~er en los calabozos infernales a una multitud de i fortllnados que no querrían ·aprovecharse del benefici de tan copiosa redención. Cuando contemplemos la lágrimas de la Virgen dolorosa al pie de la Cruz, co sideremos que no tanto llora por Ja muerte de su D vino Hijo, como por la desdicha sin fin de sus pobre hijos, los hombres, adoptados amorosísimamente al pi del Arbol de la redención. Oración pam este día ¡Oh Virgen dolorosísima y afligidísilna! No co sintáis que se pierda para nosotros el fruto de ta terribles sufrimientos. Cuidad de todos vuestros h jos, aunque rebeldes e ingratos, y sean vuestra~ amargas lágrimas las que laven y purifiquen s enlodados corazones. Haced que todos comprenda lo acerbo de vuestros dolores, para que, movid a compasión, lloren junto a Vos sus culpas y peca dos, causantes de vuestra amargura. Infundid, pia dosísima Virgen de Unzizu, infundid en nuestr espír\tus aquel ardor santo que inflamaba el vues tro, y movednos a tierna y saludable compasión a fin de que, mezcladas las lágrimas de la Madr con las de sus h ijos, queden borradas para siempr nuestras iniquidades, y logremos, además, la gra cia especial que suplicamos en esta novena. Amén 3

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