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§ ciuesta, al que sabe que el acto más sublime de la mi l~! ericordia de Dios fue la creación y elevación de la ¡ irgen María. El hombre pecador temblaba al acer t.; farse a su Criador, porque su conciencia le descubría ·~1~a gravedad de sus crímenes. ¿Qué hizo nuestro Dios. (~¡¡para que se le presentara confiadamente y borrara Ul~us culpas con la penitencia y la mortificación? Bus. ff ¡;:ar un medio de reconciliación y ofrecérselo bondad<>– ''"¡;amente. Ahora bien; siendo la Virgen María, escogi- 1~,da entre todas las mujeres para Madre suya, el me– ·1 ;dio de reconciliación que halló en los tesoros de su fnfinita piedad, lógico y racional es que concluyamos ..,~firmando que el acto más sublime de la misericordia ~de Dios fue Ja creación y elevación de la excelsa Vir . ~en María. La reconciliación perfecta es obra del Hi– ' ·o de Dios, muerto en cruz por los pecados de los hom– ~ res; pero el Hijo de Dios no nos hubiera reconciliado •isi no se hubiese hecho Hijo de la Virgen Maria. Pe>– dia perdonar la ofensa como Dios misericordioso, pero . eº podía redimir al pecador, dando amplia satisfac– f 1 ción por su ofensa, porque no cabía en Dios mérito algu– ' ipo. Fue preciso, dice San Gregorio Magno, que paga– ~ra con la naturaleza del ofensor, tomándola de una ~mujer; y habiéndola tomado en las entrañas purísi– . ~mas de la Virgen María, pagólo todo cumplidamente, y · Unos redimió del cautiverio del demonio y nos reconci– ¡•lió para siempre con su Padre Eterno. Quitad Ja in– r tervención de Maria y habréis dado en tierra con la rredención y la salvación. Paga Jesús por todos, pero ~paga con la Sangre preciosísima que de su bendita Ma– f. dre ha tomado. Í PUNTO SECUNDO i 1 1 Cuando rezamos la Salve, llamamos a Ja Madre de 1 Dios Reina y Madre de Ja misericordia, atribuyénd1r

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