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j;nocente, ¿qué hacéis de ese poder ilimitado que Dio 05 ha entregado? Y dirigiendo una mirada en torn de su elevado trono y viendo J.a multitud de infelice que a todas horas se acercan a él con paso rápido, e demanda de auxilio y fortaleza, concluyen de esta ma nera: vuestro poder ¡oh Señora clementísima! no s emplea más que en levantar al caído y en socorrer a necesitado: sois, por lo mismo, la única esperanza d los pecadores, caídos en el abismo de la culpa. Sí, e María Ja única esperanza de los pecadores, porqu cuanto mayor es su poder, tanto más nos asegura e remedio de nuestros males. ¿ Con qué fin ha sido hecha poderosa? Con el de que le fuera fácil poner en salv a los que corrieran mayor peligro. ¡Ah! cuántos hubie ran perecido para siempre, y cuántos perecerían todo los días si no contaran con el gran poder de la Vir gen María! Poderoso es el diablo para el mal; per nada puede contra aquellos que buscan solícitos el amparo de Ja Madre de Dios. ¿Qué ha de poder, si el solo n ombre de María Jo espanta y aterra? Y si el nombre dulcísimo de nuestra augusta Señora lo pone en pr ecipitada fuga, ¿qué hará su presencia? Haga mos nuestro ese poder soberano, implorándolo todos los días con fervor, y el Cielo será nuestro. Oración para este día ¡Oh poderosísima Virgen Maria! a Vos acudimos y en Vos confiamos. ¿Quién ha prevalecido jamás contra los que han merecido vuestra protección y defensa? Salid, pues, en defensa nuestra y abatid la audacia de nuestros enemigos infernales, para que todos podamos cantar la victoria final. Refrenad, excelsa Virgen de Unzizu, refrenad y confundid a 21
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