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6,.atía siempre a impulso de las hondas emociones que ~e producían sus dulcísimos coloquios con la Madre 'Je Dios. Dios lo puede todo, exclamaba el primero, y ~os, Virgen sagrada, también lo podéis todo, porque E:=)ios, al hacerse Hijo vuestro, os ha comunicado todo 'u poder. Sois omnipotente por gracia, como lo es Dios . or naturaleza. En vuestra mano está la potestad del ( riador, prorrumpía el segundo, porque el Criador ismo se sometió a vuestra autoridad. ¿Quién por con– iguientc, tan poderoso como la Virgen María? ¿Quién · an formalmente investido de poderes soberanos como •.a humildísima esclava del Señor? Cuando los gran– ::les santos no han vacilado en llamarla omnipotente, .:.:;azones profundas les moverían a tal afirmación; y !}:uando el muncio todo, fundado en las enseñanzas de '?.a Iglesia Católica. mantiene gozoso una afirmación •an categórica, es porque entiende que no hay en ella 1'i xageración alguna. ¿No basta, acaso, la razón profun– · ísima de la maternidad divina? ¿A quién, que no sea a Madre de Dios, se ha atribuido tan soberano po- er? Los primeros seres de la creación, ángeles y ar– ·tángeles, querubines y serafines, no son más que eje– :~utores de las órdenes que emanan del trono de Ma– .::-ía. ¿Qué serán, por lo tanto. las demás criaturas en • presencia de tan augustísima Señora? PUNTO SECUNDO ' Ahora es preciso sepamos cómo y en qué ejercita ~u universal poder la Virgen soberana, puesto que de ~se conocimiento pende nuestra verdadera, firme y , onstante devoción. ¿Cómo, pues, y en qué lo ejercita? scuchemos y ponderemos bien las palabras de San ¡'\gustín y las de todos cuantos han hablado sobre este ~sunto consolador. ¿Qué hacéis de vuestro poder, Vir– l'en santa? le han preguntado con la sencillez del niño 120

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