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50 y mis ojos de cólera encendidos y que respondo : mi arco está enlesado y mi flecha berira á los fementidos. Por ellos no rogueis y retiraos, conlinuad todavía en este sitio: y cual Moisés me dijera en el desierto , me direis con respeto y con cariiío: •No bareis tal, ... no bareis tal, Dios bonuadoso. que hermanos nuestros son y vuestros hijos. O la espada envainad, ó nuestros pechos primero pasarán su punta y filos. Entre vos y las víctimas estamos, y antes que ellos morir, morir pedimos.» (15) l\fis rayos tornarán lluvia de gracias vueslro ruego importuno y heroísmo : audiencia yo os daré privacla01ente, y el humilde Lcndrá dones opimos. .l\fas si en cu.erpo (Vlll) viniereis á rogarme, a acatar vuestra voz desde hoy me obligo, (t 7) en cuanto dable fuese. Aun las leyes que á los astros (i8) dicté, montes (19) y rios, {20) por mas que inflexibles os parezcan tendrán sus efectos suspendidos. ¿Qué mas quereis que os conceda? El eslremo mirad de mi cariüo. ¿ Quereis, pues, gobernar aqueste mundo? Las haces adunad... venid unidos que... lo dije... gobernareis vosotros; Yo quedando poder ejecutivo. (IX) De la Biblia la voz guardó silencio , y mi gozo fué tal, que aun me extasio al pensar la bondad y las promesas del Dios de l\Jagestad, siempre Dios pío. (15) Ex. 25. 10. 14. 34. = (16) Psal. 134, v. 7• (17) Josué, cap. 10, ,.. 14, = (18) 10. 12. 13. (19) S. Math. 21 ó 22. = (20) J osué, cap. 3 et 4·
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