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48 ni templos, ni ciud"des_, ni Oorestas un fausto y esplendor ''ioron iguales, que Jebús (Yl) viera en las dedicaciones t9} por Salomon y Asideos campeones. (10) Evoc¡mdo estos pasos de la historia mi vista al Sacro rito no fallaba, y al veros con efQd' de prez y glol'ia ' ver un segundo Aaron me figuraba. De Basilicas, pues. hice memoria, y a aquel Zorobabel os Cl)mparaba que al templo de Salem volvió el tesoro (Vil) que Nabuco usurpara con desdol'o. (11) Mas el don que hoy dejais mucho mas vale que la púrpura, plata y oro fino; pues el mundo no ha cosa que iguale en valor lo leándrico y divino. Sobre el don del hebreo sobresale el vuestro, cual el cedro sobre el pino, cu~I sobre de brocadQ las cenefas del Salva·dor, la fimbria y la de Cepbas. Cuando el pueblo piadoso yo veía absorto con la santa ceremonia, dentro de mi interior así decía: •hé aquí la feliz libre colonia que á Nebemias sus brazos ofrecía. al salir de Ja infausta Babilonia, para en torno del templo alzar el lienzo antes que a muro y casas dar comienzo. • ¿Y qué diré del clero oumeroso que a S\I Padre y Pastor, que prolegia con puerta su redil. coa muro ,y foso" con veste de candor fiel le segJJia? Que un gr.upo pre.sentaba delJcioso, y que,v9Jando con la alcgol'Ía al Empireo se elevaba el alma. á gozar de ante mano feliz calma. De.J católicp coito la grandeza mi espíritu joundó con gran tel'Dura : (9) IIParal. 1 7.l~· = {lo) IMach.,4.59. (11) !Esdras, 1. 11. 11 , 1 \ )