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UN DIA FUNESTO. Q)h día infortunado y fatal 1 Oh noche de amargura! Huya pa ra siempre de mí lu memoria, y aléjense á las mansiones del olvido los recuerdos de los crímenes que ocultaste bajo los obscuras sombras. Reemplacen en mi al– ma ideas de solaz y de consuelo á las ideas asaz tristes que grabadas quedáran en mi mente en las largas horas de afiiccion que pasó mi amado pueblo. 1\las... ¡ay 1 en vano se esfuerza mi imaginacion por lanzar lejos de si la memoria de aquella horrenda noche en que se perpetró bajo la direccion de corazones embriagados de frenético furor la mas espantosa catástrofe. Ora levante mis ojos hácia el cielo, ora mis párpados con el peso de las lágri– mas se inclinen á la tierra, no descubro por do quiera sino objetos que hieren hondamente mi corazon. Aquí veo abrasadoras llamas reduciendo á cenizas el Santuario: allí los altares por mano sacrilega profanados : por otra parte las paredes del templo salpicadas de sangre de víc– timas inocentes, sacrificadas por la fiereza de hombres desalmados; y por último, dia y noche y siempre que el sonido de las companas hiere mis oídos , se me repre– senta el horroroso cuadro que en tao terrible noche ofre– cía la augusta casa de mi Dios. Espantosa noche! Cuadro horrible! Lúgubres escenas! alejaos de mí!... aliviad el pe– so que oprime mi corazon, ó al menos dadme alguna tregua para que yo pueda consignar vuestra infanda me– moria en una página de la historia de mi pueblo.