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35 cuán justos, y qué altísimos motivos para 1m~slrogozo y para nueslro elerno reconocimiento!: .. Siento en verdad el verme tan estrechado P.Ol' la penuria del tiempo, no pudiendo llamaiv sobre eslo vties~ra aten– cion rleleoidamenle. Pero no abandouaré:esta Cátedra sin excitaros á <¡ne despues mediteis despaéio cuáill() déuemos á Diog., y cuánto tambien debe1.nos por Lan honoríficas ·<lisLiuciones al Príncipe de la Iglesja que se ha <lignaclo presidir esln funcion . Cuando por lo ~ornun y con rarísima~ excepciones las Iglesias soló sé béndi-' ceo , habilitándolas con la bendicion para el ejercicio del culto cató lico, la nuestra no solo se ha bendecido, sino que lamhien ha sido consagrada. Un Simple Ecle– siástico suele ser el delegado episcopal para la bencli-' cion. Ynosotros hemos visto ayer á nuest1·0 muy res– petable Pontífice rociando estas paredes con el agua Santa, vertiendo el sagrado Crisma sobre el altar, y ungiendo con él estas columuas: le hemos visto com– poner la arganiasa para depositar por si mismo las reliquias de los mártires: le hemos visto arrodillado, mvocamlo la proteccion clel cielo para nueslro templo; y ejercer, por fia, una de las augustas func\ones del pontificado en esa ceremonia tan tierna y tan miste– riosa de la consagracion. Y no es eslo solo, sefJores, sino que mirándonos siempre, y muy desde el principio ele su ponlificado, con ojos de preferencia y ele [H'edileccion , reservó para nuestro templo ese i·iquísimo tesoro de gracias espirituales; ese cúmulo inmenso de indulgencias que .. tan solo se ganarían yisitando personalmente las Ba– sílicas de la capital del mundo católico. Old, cristia- nos, oid , y me direis despues si yo puedo encarecer esto cual se. merece. (Aquí se leen la bula Ponti{i'da' y el decreto cp~scopa l de la P?ff.. 58, y conti111'~ &, 4tscúrsó.) ¿Qué \ 1 1sle1s, Ilustr1s1mo Señor, que visteis ·en nuestro puel.Jlo para distinguirle con tan -marcada be– nevolencia? ¿Cómo podremos ser nosotros jamás bas– tante agradecidos á fDios por tantos beuélicío.s como nos dispensa poi· vuestra mano? ¿Y 0011 qué pod1·emos corresponder á la generosa y benéfica clistincion con

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