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... 26 tis. Yo leo en vuestros semblanles lo c¡ue está pnsali– do en vuestras almas. Sé muy bien que uo era pre– ciso el manifestaros los fuerles motivos que leneis para mostraros siempre agradecidos al Dios de Ja misericordia, perpetuando la gratitud con Ja lradi– cion. Pero ¿y qué otro asunto podia yo haber escogi– do para este discurso? ¿No estaba indicada Ja mate– ria? ¿Por venlurn cabia Ja eleccion para estos mo– mentos? .. . Así, pues, vengo á indicar y no mas, porque la es trechez del tiempo no me permite otra cosa , las poderosas razones que os obligan á mirar este dia como un monument-0 , y á consagrarle á Dias con toda.solemnidad celebrándole con culto sempitt1'1'1o. Dos son las causas que, á mi parecer, sobresalen y descuellan entre mil. Es la primera, el que ya• teneis un templo, del que carecíais; estribando la segunda en las circunstancias singularisjmas y extraordinarias que embellecen y dan un valor incalculable á este magestuoso templo. Pero no adelantemos las ideas. Continuad lH'eslándome vuestra piadosa atention, y os confirmareis en el pensamiento de que debeis mu– cho al cielo por este lan marcado beneficio . . .Mas ¿quién soy yo, Dios mio, pa ra desa rrollar el plan,qae be presentado? ¿Cómo podré puhlicar vues– tros degjgnios tau benéficos, tan nmorosos y lan pa– ternales para con nosotros? Conmovido como se en– cuentra wi espíritu , tan fuertemente agitado como veis, ó gran Dios, mi corazon , ¿tendré yo las fuer– zas neces11rias para llevará cabo mi propósito? ¡Ah! ¿Por q_ué, lllmo. Señor, por qué me habeis cometi– do este cargo en un dia de tan vivas emociones? Res– peto muchísimo vuestra eleccion; pero lemo el no eorresponder dignamente á vuesh'a confianza , y eslo, en ''erdad , me desanima no poco. De antemano, pues, reclamo vuestra indulgencia, y reclamo sobre lodo vuestra oracion, para que bagais venga sobre mi Ja divina gracia , qne fortalezca mi espíritu, dé valor á mis ideas, y Yigorice las palabras qne yo arrojaré hoy en este campo, bien así como el labrador tira la semi– lla con el santo fin de que sea fructífera y proclucüva.

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