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11 la teja; pero como esta fuese de mala calidad, se rescin– dió el cootrato. En el mes próximo de Julio vino por primera vez á Sacedon S. l. y se le recibió con el entusiasmo y aparato que expresa el comunicado escrito por D. Crisanto Escu– dero, hijo de este pueblo, párroco entonces de Barajas de Melo, y que á la sazon se hallaba entre nosotros. Dicho comunicado se insertó en el número 1776 del periódico la Esperanza, y se reproduce al fioal de esta Memoria. Eo la funcioo de iglesia de que en el escrito se hace meo– cioo predicó el presbítero D. Francisco Corona. Al poco tiempo de marcharse del pais el Sr. Obispo, oos maodó y se recibió otra letra de diez mil rs. Cuando los dos eclesiásticos y el indil'iduo de Ayunta– miento, de que arriba se hace mérito, fueron á Cuenca, hicieron alli mismo una exposicion á S. M. rogándola ce– diese en beneficio de tao santa obra la madera que babia apilada en el Real Sitio de la Isabela, perteneciente á su patrimonio; y esta súplica tuvo el éxito mas favoroble, merced á la eficacia con que la recomendó el Prelado, y á los piadosos y muy generosos sentimientos de S. M. la Reina Doña Isabel U. La noticia de esta concesion llegó al pueblo en el mismo dia y en la misma hora en que regresaban las gentes de la romería de Nuestra Seiíora del Socorro, por lo cual el regocijo y lo alegría fueron grandes aquella noche en toda la poblacion. Inmediatamente para la cooduccion de dicha madera se contrataron nue\'e carretas en la cantidad de dos mil r.uatrocientos rs., de los cuales puso el vencindario mil y seiscieotos. En consecuencia , en el mes de Setiembre de 1850 se contaba para emprender aquella grande obra, presupues– tada en ciento cuarenta y tres mil quinientos y cincuen– ta rs., solo con In canlidud de treiola mil rs. y la madera equivalente á cuarenta mil. Con estos recursos se ejecutó acto continuo la peli– gtosa opcracion de calzor dos columnas, y so trajeron de Madrid cincuenta y cinco arrobas de clavazon, y en cu– yos dos objetos se emplearon diez y siete mil reales: por

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