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28 un príncipe católico nunca debe este abandonarse tanto á la providencia ó auxilio del Señor , que omita el valerse de todos «aquellos medios pruden- tes y oportunos que para una completa victoria se consideran necesarios: quiere Dios, y nos lo man- da, que junto con pedirle su proteccion nos pro- porcionemos para ella con la prudencia de no omi- tir lo que nos corresponde hacer de nuestra par- te y no ménos con el conocimiento humilde de nuestra propia natural insuficiencia, si su asistencia «mos falta: dos cosas ambas iguales precisas para proceder con el debido acierto. (2) Esta guerra no solo es justa sino obligatoria tambien y pre- ceptiva; Dios que ha puesto en las manos de V. M, la. espada del poder y de la soberanía le manda que la desembaine contra los enemigos de su san- ta Ley, de su Religion, desu Iglesía y del pue- blo que le tiene encomendado en ocaciones seme- jantes. á la presente. Este es. un precepto divino, cuya: observancia es de necesidad de: medio para la salvacion del alma, y él forma una de las partes mas esenciales y constitutivas de la dignidad Real 'en un soberano católico en la que tambien estan respectivamente comprehendidos sus vasallos, (3) “de suerte que así como estos com su: respectivo monarca estan gravemente obligados: á+ tomar las armas contra aquellos. que injustamente invadiesen su: reyno Ó. perjudicasen gravemente sus. legítimos (2) Ven. Dionis. Cart. de vita et regim. Princip. “ lib=-3. art. 37. . 4) Ven. Dionis. Cart. Epist. Parenet. ad Christ. Princip. ep. 10. Et tract. de yita militar. art. 2. .