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1 católico y por las demas Potencias aliadas , bare- ce que hallamos un fundamento bastantemente só- lido para poder persuadirnos que irritado el Señor con nuestras culpas nos hace manifiesto en- las vic- torias que á ellos les concede, y que á nosotros nos escasea, que ellas son la causa mas principal de tanto daño. Se vé esto, er que si fuésemos nosotros los que venciésemos, no debíamos atris buirlo á nuestra propia virtud, ni al valor y po- der de nuestras tropas; sí á la justicia de Dios, con que en justo castigo de sus iniquidades, los queria destruir y aniquilar por nuestro medio; pues espresamente se lo previnó su Divina Magestad así á los de su escogido pueblo , hablándoles de las victorias que conseguirian de las gentes sus enemigas: (5) por lo que no habiéndose aun ve- rificado esto, y sí por. el contrario que ellos han prevalecido repetidas. veces contra nosotros, es preciso pensar-que- nuestros pecados son toda la causa de este mal: (6) Si esta verdad no la cre» yéremos , será este el mayor de todos nuestros males, porque esto hace que sea el castigo indefectible, mientras que por ese medio nos obstinamos mas en la maldad que lo motiva, y nos alexamos del re- medio que lo evita. Sehon Rey-de Hesebon , (7) Ophni y Phinees, hijos :de Helí, (8) y Amasias Rey de Judá, (9) con otros muchos que pudie= (5) —Deut c. 9. v. y. et s. (6) Ven. Dionis. Cartus. Ep. Parenet. ad Christ, Prin- Cip. art. 1,9 7) Deut. 2, 30. E 1 Reg. 2. as. (9) U Paralipom, 25. 20.

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