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| 45 weneracion , el aplauso, lá aclamacion, que asombrado el Obispo de Nola, Varon ilustre en letras , y virtudes, prorrumpió en estas singulares expresiones. SiSan Pedro-, «y San Pa» blo. baxáran del Cielo a la tierra, no sabré de- cir, si concurririan mas Personas a verlos, y oir= los , y se postrarian con mayor humildad , y devoción -á. sus pies para recibir la bendicion. Su muerte es sentidisima , no solo en Lisboa, donde estaba el Rey de España , quando es- piró , mas tambien en la Europa, y en casi todas las Ciudades se le hicieron magnifi- eas honras. Todo el Mundo le sigue, le ama, le honra , le beatifica: Ecce Mundus totus post gym abiit. (27) Y qué os parece, Oyentes mios , hace el hombre de Dios , enmedio de tantas alabanzas, y exaltaciones? Engreirse , desvanecerse ? No ca» be esta necedad en un Religioso, que funda tó- do sú- edificio espiritual: en el cimiento sólido de la humildad mas profunda.. Ántes por el con» trario-, quanto mas le alaban , mas se despre= cia, quanto : mas le honran, mas - se confuñ» de con humildad rara , y maravillosa. Sa- be mui.bien ,que muchos despues de haver ven» cido los vicios, se rindieron 4 la vanidad de haverlos vencido: que otros despues de haverse fiumillado en los oprobrios , se desvanecieron con A A AAA (27) Joan. cap. 12. Y. 19.:
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