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va2 Compañeros, y la obligación en que está de irlos á sostener , y consolar; y Heno: el Real animo de piedad , y de:religion , le dice asi; Si los Hereges echan del Imperio 4 los Capu- chinos , hay Reyes que los amparen , y reci- ban: Si-os desrierran de aquellos Estados, en los - mios gozaréis la paz que buscais: y en prueba de ello fundad en Madrid. Es digno de notar , que al ¡mismo tiempo 'se vio el pleito en el Consejo , y éste sabio:y prudente Sena- do resolvió, se consultáase 4 su Magestad, en orden á que se debia dar a los Capuchinos: li cencia para fundar en Madrid; mas quando lle- gó la consulta, ya el Rey havia concedido la Fundacion. Cesaron las contradicciones, se tomó posesion del lugar señalado para la fábrica 4% Convento, con júbilo universal de aquella fa- mosa Corte , devotisima siempre de los Capu- chinos; y tan amante de Fr. Lorenzo de Brin- dis , que lo veneraba como á un Apostol, Co- mo 2 un Angel, como á -un Santo :embiado de Dios para edificarla con sus virtudes, admirar- la con sus milagros, + ilustrarla con las: luces de. su celestial doctrina. Y si:está promerido en el santo Evange- lio , que los mansos poseeran la: tierra , y esta tierra , dice. un Santo Padre ,: es. la misma, en que habitamos; (*) ¿quién -estrañará 5 que . : Lo- ——— AAAXKÁ AAA sp): D. Bernard. sex. 38. in Cante