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sormento interrogemus eum , ut scia tiam ejus , et probem 39 mus reveren- ws patientiam ¿llí4s. Mor- te turpisima condemnemus eum. (22) Aun no es- 14 satifecho su furor , envidia , rabia ¿ se valen de un :Astrologo de su misma profesion', que se havia acreditado con artificiosos engaños); como el Seductor de Samaria ., cui aúsculta- bant omnes á minimo úsque ad maximum >, (23) para infamarlo con la mas negra calumnia. No quiero ofender vuestros oidos ,. Mi contristat vuestros piadosos animos con la relacion indi- vidual del suceso , (*) baste decir que le im= putaban un delito «tan atroz , que las- leyes 'no solo admiten para su castigo, ó cautela claras pjemprobaciones , sin aun leyes sospechas. o aun indicios vehementes, Delito capaz de borrar el nombre de este Gigante de santidad de la me- moria de los hombres, y sepultar en un ol vido::eterno sus ¡ilustres acciones. Mas aquel su- premo Juez d la. inocencia mento de .ran horrible impostura € severo. Quando ya el Astrologo se e vivos, y muertos, que vindica de sus siervos , embia al instru- ] castigo mas lisonjeaba del triunfo , y esperaba por momentos un infa- me destierro á-los Capuchinos5 AAA A =(22) Sap. cap. 2. Y: 19. ok he aqui , que asal--: - A OA erzo. (23) Act.-cap. 8:10 Vease la vida que escribió el R. de Voltagio. cap. 6, desde la pag-75* P. Frai Angel hasta la pag. 94»