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34 en' los servicios; que hizo a toda la Christian» dad: en «uma palabra , grande Discipulo de tal Maestro, grande hijo de tal Padre. (*) Persigue 4. los heréges con la voz ,y con la plumía;. pero no los exaspera, ni lastima, Les- arguye con testimonios claros , con auto- ridades irrefragables de -las santas Escrituras, los. persuade con- nervio, eficacia, actividad., los atrahe con dulzurá;-y son inumerables los que convencidos de sí1s «errores os detestan, y «se reconcilian con la verdadera Iglesia, de quien es suprema Cabezael Pontifice Romano, Diosle havia dotado no solo de ciencia abundante para concluírlos;'mas tambien de gracia particular para convertirlos. Sus Misiones eran un muro for tisimo , que contenian la heregia, que corria cof mo un torrente impetuoso a inundar todo el Impe- rio. Mesclados los hereges conlos catolicos, vivian estos con tanta relaxacion , que eran ocasion á aquellos, para que se afianzasen mas en sus erro- res, é insultasen la religion. catolica. Pero comoel zeloso Misiónero era ambidextro, con una mano vibraba la espada.de la divina palabra: contra los errores, y con la otra mano movia la espada con- tra los vicios. Penetraba con sus agudas puntas los corazones de: losunos., y de los otros, y eran maravillosas las conversiones , que hacia de He- reges reveldes , de Pecadores endurecidos. Á to- dos C JVease la memoria, que se hace de este Varon esclareci- Gen el t. 4. del Bular, Capuch.desde la p. 187. hasta 207:
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