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33 reino la caridad , la justicia, la religion , y. Ño= tecieron los dorados siglos del Christianismo. * No es de admirar, recogiese tantos ftutos de sús sermones un Predicador , que abre la Biblia-sobre una mesa, y delante de una ima- gen de Christo crucificado estudia dos Y tres lhoras en la esquela de la "oracion, y en el liz bro de la Vida: Que predica con la elocuencid del corazon, con la eficacia del buen exem- plo , con la edificacion de las virtudes, con la voz de la: Escritura; y Santos Padres, Que | predica , derramando rios de lagrimas por los | ojos > exálando ardientes suspiros por los labios, | despidiendo -lucidos resplandores del rostro 3 pantera de globos de fuego la cabeza. Que pre- dica como un San Pablo. Uno de los frutos | mas preciosos, que vale por millares de mis 'llares , fueel haver movido con su predicación; fara que entrase en- la Religion de los Capu- chinos ol Venerable Padre Froi Valeriano mag- ho. Grande en nobleza, grande en virtud , gran- lde en sabiduria , grandé en escritos , grande én la predicacion > grande en prudencia pará conéluir entre los Soberanos los asuntos mas árduos , é interesantes grande en el zelo de propagar la fé católica, grande enla fortaleza | para impugnar 2 los hereges , hasta recibir” al- gunas heridas de sus impiasy sacrilegas manos; grande en la paciencia , con qne sufrió ser Ca» lumniado , perseguido , y despreciado , grand eds
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