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Ápoc. 19 16. (XXI) n fué herido, fué muerto én él com bate; pero fué para curar- con sus llagak nuestras llagas, para triunfar con su mur te de muestra muerte. Por eso al mi tiempo que se dexa ver al Evangelista Juan herido, y ensangrentado, se manifeyal igualmente “revestido de furor, ceñido de for taleza, adornada de muchas diademas su beza, y distinguido su vestido con esta in cripcion: Rez Regum, ¿27 Dominus dominar tium. : Despues, que Luzbél intentó en vam colocar su solio sobre los astros del Cielo, y sobre los costados del Aquilón, estableció sub Real en la tierra, introduxo la idolatría;y fascinó 4 los hombres con sus mentidos or culos; cundió éste contagio de modo, que esf' tendiendose por toda la faz de la tierra, solfP en Judéa se adoraba al verdadero Dios. Rec via el demonio adoraciones en las aves; en la serpientes, hasta en las piedras, yen lu palos. No avia collado excelso, bosque fron: doso, en que no se le: ofreciesen sacrificios" los mas abominables, feos, crueles, torpes! y horrorosos; ni avia suelo, que no estu" viese contaminado con la sangre inmunda di tan