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a Cd (56 ) desolaciones de espíritu, á aquellas arideces -y se: quedades , á aquellas densas y «medrosas tinieblas Ser, qusaitando desifradas en estas voces de la Esposa, intus interfecit me gladius; et foris similis mors est, producen aquel entorpecimiento enla. voluntad , de que nacen disgustos y tedio en la oracion, astio y repugnancia á las prácticas de penitencia, aversion á lg leccion y al coro, violencia al sileneig£oda,2ccion regular y devota , inapeten» cia , náusea ::: que se yo como la diga , con que va el-alma á la sagrada mesa, y al caimiento, desidia y floxedad con que se aparta de ella tré- mula , inquieta, dudosa , si le ha comprehendido fl anatema del Apóstol, judicium sibi _manducat , por mas que allá en lo profundo de su interior suene el eco de esta voz: panis est, non venenum. Llamo golpes y heridas propias de esta guerra, en que el. alma siente , foris pugne.o-ints timoris, á aquella tibieza , frialdad y como entorpagimiento; que siente para amar á Dios, que ocultándosele de todos modos y por muchos dias ,.Ó no le halla por mas que le busque ansiosa y fatigada,:ú silo halla es como le halló Verónica , y se refiere en su vida: vistaó hallazgo que le obliga á :exclamar entre tediosos suspiros: ¿quare mutatus est mibi in crudelem? id Los Ángeles quer vieron herida á Teresa , en semejante guerra, áRita, Catalina, Rosa y miles lastimadas en su espíritu y carne, yieron á Veró- nn