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(42) IN mo AUKilio ó arma en que pudo Moyses afirmar el fiel, ) para no irse tras los placeres de la corte de Faz $ ra0n > nien pos de los brillos de su corong, pastó eh Vefóñica See desbaratar la tentacion , que con á tantá eficacia le presenta el mundo. Sorda á los ruegos de su ¡ parientes, á las importunas falaces | lágrimas de sus amigas,á las molestas reconven- ciones de sus, domésticas , y á las ofertas é ins- vngtas de gunos la. aman , vuelve la espalda al siglo ,Misa sus glorias, y vence sus alagos y tramas ] con la fuga. La fé, dice San Pablo, sacó victo- rioro al caudillo. de Israel, y esta misma, dice el Pontífice , puso victoriosa á nuestra hermana, que liena «de. animosidad dice al tentador: vade retró pr vr Satanas, por que lo que está escrito, sin que quepa interpretacion es: solo á tu Dios adorarás y servirás. * 1 bien y 5 colocada en el silencioso desierto del claustro , se “verá libre de los ataques experimen- tados en ese bullicioso confuso siglo? No ha lle- gado aun Verónica al sitio de la paz. El velo, que lleva en su cabeza, es señal de guerra, y ol h enemigo que se la ha declarado la sigue á todas partes. Él conoce á fondo la virtud en que le ha vencido, dexando el mundo, y trata de embo- ” társela Ó hacerla inútil, tersorem: quó frangat. Para conseguirlo combate ¿contra la fé en ella misma, Sin saber de donde. nacen en su corazon tales tinieblas, tales dudis y sómbras en órden á los PA e »