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(41) Acostumbrada su voluntad á dexarse ir, á fixarse — digo, en: aquel, que figurado niño, como lo fué, z le nablaba, acariciaba y regalaba desde los brazos ae su Vírgen Madre, en sus quadros , en sus efi- gies , hacía menos caso de aquellos otros objetos, por mas quese expresasen, que pi ide hacerlo el hombre adusto . y. serio de los juguetes , que al parvulillo emboban, y Bramaba Asmodeo al ver burlados sus conatos, y añadía á ellos la.externa persuacion. Poe á su lado.una hábil maestra de seduccion , y á su arte fia volver su amor profano y criminal. Ella le pinta con mil coloridos agradables á las pasiones, no solo las comodidades del siglo , sus diversiones y recreos ; sino. igualmente las delicias legítimas de un amor dirigido á una union lícita. ¡Como le ponderaba la licitud y conveniencias de la vida marital ! ¡La perfeccion, que con utilidad de la sociedad , á quien era deudora de muchos bienes, podría en ella conseguir! Le-propone y abulta exemplos no vulgares, y no dexa por mas de tres años de servirse de este instrumento á los perversos designios del tentador, que porsu voz le repetía con freqiiencia el hac omnia tibi dabo, comodidades, obsequios , riquezas , teatros , paseos:;: et gloriam eorum. Y bien, ¿el amor , que en «estilo. de San Agustin , es un peso , inclinaría su balanza hácia donde tales alagos, tales seducciones y ofertas Car- gaban , amorem quo pelas * ¡due al contrario! El