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Car) envánecerse , como sin ellos*lo hacen muchas. Do- da desde el pecho de candor , conocimiento y irtudes impropias á aquella edad. Practicadas por nombre de bautismo ) sin reserva, como ignorante aun del peligro de dar en munos de la- droncillos, que insidian los caminos de .a publicidad: preservada de la muerte, mas de una vez, por modo milagroso: todo esto le daba fundamento , para que desde jovencita se tuviese por algo bueno. ó sin- gular , é hiciese alto sobre la estimucion "y respeto, con que era mirada de propios y estraños, de padres. y deudos , y tambien de su Obispo el limo* Sebastiani.¡ Que ocasiones para elevarse el corazon humano ! Admitida en el claustro con una estima» cion, que ni-el.denso velo ,.que cubre á sus mor» radoras, podía disimular. Enriquecida allí de dones y gracias externas , que sin equivocacion manifes- taban lo acepta que era á Dios: públicos y Co” munes sus raptos Ó éstasis: oida su. oracion , y despachada visiblemente en favor de sus próximos, ¡que mayores motivos para dar lugar á aquel oculto y sutil envanecimiento en que dieron tantos .es- píritus, que al principio y mediacion de su car- rera fueron humildes: y acabaron soberbios! Pero nació con Verónica una humildad; que yo ignoro como llamarla: se robusteció con el tiempo á la sombra óÓ alimento, que tampoco uci- erto á nombrar, y de aquí, queá la manera que las ramas de un árbol se inclinan á proporcion de