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(23) de este virtuosísimo licor , ni le gustó jamas sin - e por que de todos modos y por todos caminos se conociese , que si por una parte «quería amitar á su Santa Madre de quien se canta ',rgens famis inedia, arcta quoque jejunia, por « ra hacía mas que lo preciso para domar su carne y dominarla, carnem nanque suppeditans. No son etras las sendas que llevan ó aproximan al alma á dominarla sui victriz, po desu director, ni lo pedía en semanas enteras $ SEGUNDO DEL PRIMER ARTÍCULO» 3 Por ventura mi carne es bronce ? Esta ex». precion , que pronunciaron los labios de Job. em —— lo fuerte de su aflicción, sonaría acordemente en los de Verónica , si se atiende álos seguidos y recios golpes de penitencia con que sujetaba á la suya. Jo- vencita era, se leeen el Breve, y ya se recreaba / en tratarla con inhumanidad ; pero vestido el há- bito capuchino , ya no sabe lo que es misericordia consigo. Ecce ascendimus Jerosolimam , decía con amorosidad y firmeza Jesu-Christo, quando estaba á la puerta de su pasion ó voluntaria penitencia: y quando Verónica trataba de darse á- ella, hablaba en iguales términos á su carne ,.sentidos y pasio- a nes.. Prevenida de miles instrumentos aptos para y ello, se encaminaba animosa al sitio destinado á sus. maceraciones ó sacrificios. Fixa su idea en su

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