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(56). su arquitectura , a la robustez de sus mu- ros y Columnas, a lo exquisito y vario de sus adornos interiores y exteriores, 4 lo rico' y bien trabajado de sus Turibulos, Candeleros , Altares y vasos Sagrados , 4 lo precioso y odorifero de las maderasy Timiamas , ni 4 las inmensas sumas de mo- neda que en él se consumieron. Las ex- presiones de. un hombre inspirado, como no concebidas por ideas formadas de obje- tos sensibles”, no:se: terminan alo que to- can los sentidos , y es menester convenir en que si la santidad de que habla en es- ta “ocasion el Profeta , es la santidad de Dios-, Ja? magnificencia. que“ nos dice ha- ber concurrido con ella, no es la: que Salomón manifiesta en tan augusta fabri- ca, sí la que manifestó en su dedicacion el mismo Ser Sapremo que la ocupaba. Asi pienso yo; y acorde á esto, ya precisa indagar ¿en qué reluce aqui la magnificencia, del Señor? ¿ 0 en. qué es magnifico en esas Aras? ¿ Acaso en su Po- der ? ¿ en su Sabiduria ? ¿en su Bondad y Mi-

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