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yy Misericordiosa con vnestras hijas vi: y) vas , que con las difuntas. ” (1.) Ni se atribuya: á exceso de nues- tra gratitud el que digamos , que tam. bien esta mano ha sido obsequiosa para nuestro Dios Sacramentado. Oualquiera que reflexione un poco, notará desde luego la diferencia que se advierte respecto de la decencia, de- coro , veneración y culto , que. en este Convento damos á nuestro Augusto Re- dentor , y: la que sele rendia en áquel. Allí se lo daba nuestro espiritu como indebidamente 5. ¡ que lagrimas no. nos hacia derramar esta consideración ! Aquí se lo rendimos con decoro y mdgnifiz cencia correspodiente 4 nuestra. volun- taria mendicidad. En. aquella Iglesia le adorabamos como desconocido , como ol- vidado , en una palabra , nosotras so- las; (1.) Ruth. cap. 2. y. 20.