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6 Señor , ungido con su gracia , y enviado en nues- tros dias para el Reyno de Dios ; para curar los contritos de corazon ; para predicar la indulgen- cia á los cautivos por el pecado ; para abrir el camino de la verdad á los que no la conocian, y los de la misericordia á los que no la espera- ban. Hemos perdido en el Padre Diego uno ' de aquellos hombres , que mandó Dios en otros tiempos , para reprehender á Israél su pecado, y á la Casa de Judá sus maldades. Hemos per- dido en fin un nuevo Sadoc , que fiel á su Dios obró segun su Corazon y Alma, y andubo en la presencia de su Christo todos los dias de su vi- da. ¡O vida preciosa del Padre Cadiz , quantas cosas contigo hemos perdido! Yo me.excedo , Señores ; pero conozcamos sin preocupacion el grande mérito del Heroe que preconizo. Recorred conmigo todos sus pa- sos, todos sus caminos y bastas peregrinaciones. Preguntad á las Ciudades , Villas , Aldeas, y á quantos le oyeron y vieron ; todos os dirán que llebaba estampado en su dulce semblarite el ca- racter de su. «Apostolado. Siendo este el que le distingue , yo veo reproducidas «para él aquellas expresiones con que el Salvador determinaba, ó señalaba sus Apostoles: Ego elegi vos , ÉS . posui

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