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42 milde Simon el Curtidor. El grande y el peque- ño , el señor y el esclavo , el rico y el pobre, todos hallan en el Venerable Padre Diego un mismo semblante de agrado y de ternura. Cono- ce que para Dios no hay distincion entre el Ju- dio y el Griego , que es un mismo Señor de. to- dos , rico para aquellos que le invocan : Non enim est distinctio Fudei , €ES Greci: nam idem Dominus omnium , dives in omnes , qui invocant illum. (1) | En estos sólidos fundamentos están apoya- dos los honores con que habeis visto coronada la. virtud de nuestro Venerable Defunto. Pero vea-. mos ya los frutos de sus Misiones , que son mas permanentes y mas dignos de nuestra memoria, Si los frutos del Apostolado del Padre Die- go , que lloramos , no fueran mas que las expre= sadas distinciones , y que solo en ellas fixáramos nuestra atención, yo ofendería el sagrade sitio que ocupo, y el mérito del Heroe. quedaria de= gradado. Mas no es mi animo dar en estos esco llos tan perjudiciales y de tan poca edificacion para un pueblo christiano. Recordemos con ad= miracion las obras del Omnipotente y de su diestra excelsa en las Misiones del Padre Cadiz. En los dias de este hombre de Dios la gra- (1) ¿Ad Roman, 10; 42..

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