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41 para que postrados á los pies: del Padre Diego reciban su bendicion? ¿Qué habiais de decir á vistá de este acto tan tierno y edificante ? Ah ! la sorpresa y confusion:os harian enmudecer. Mas no penseis que en estos momentos tan favorables el' corazon: del Padre Diego se «hin= cha de orgullo. No, el Siervo de Dios no pierde de vista su: humilde concepto. Sabe muy- bien, que quanto tiene apreciable lo ha recibido; que todo don perfecto desciende de lo alto , y repite con San Pablo , que si en algo puede glo- riarse es solo en sus flaquezas y enfermedades. Se hace creible este juicio, no solo porque sale de sus labios llenos de cándor y sencilléz, sino porque se ve testimoniado enérgicamente en las oraciones de acciones de gracias que hizo á las Universidades de Granada , Murcia y Osu- na + Jeedlas con atencion , y descubrireis en ellas los sentimientos mas profundos: «alli es donde to- do lo refiere á la bondad de los “que le conde= coran, á la dignidad de su'ministerio- y de. su Religion 5mas nada á su mérito propio. Esté mismo-espiritu.no: menos se dexa entender en todas sus acciones: en aquella inalterable ama- bilidad , en aquella dulzura de:su trato , en aque- lla atencion' para con todos, que lo mismo es para Cornelio el Centurion , como: para vel hu- F
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