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40 y de vivas, hasta llegar y dexarle en su es- tancia abismado en su profunda humildad. ¡ Qué expectaculo tan hermoso y tan tierno ! ¿ Qué, os conmoveis, afectuosos oyentes? Es- perad un momento. La muy noble Ciudad de Córdoba le hace: su Veintiquatro , con lugar despues del mas digno. Sevilla y Xerez lo mis- mo. Ecija , Murcia y Ronda su Regidor, agre- gandole esta ultima á su Real Cuerpo de Maes- tranza , dandole posesion con todas las formali- dades y ceremonias de estilo. Omito, Señores, por no hacer crecer vuestro asombro, las distin- ciones con que le enriquecieron los Excelentísi- mos é llustrísimos Arzobispos y Obispos, ya de Teologo Consultor de. Valencia; ya Visitador General del Arzobispado de Sevilla Y dai ¿ Pero donde voy ? ¡O fuerza de la verdadera virtud! ¡O encantos y atractivos de los Justos ! Y ¡Ó Dios remunerador de los que te sirven en espiritu y verdad! Mundanos, ¿ qué decis al ver tan dignifica= do el tosco Sayál? ¿Al ver tan ensalzada la humilde persona de un Capuchino el Padre Ca- diz? ¿Y qué diríais , si yo os lo representara en la Corte de España , en presencia de un Mo- narca de dos Mundos , que le cubre con sus Rea- les manos , que llama á los Principes de Asturias