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34 na los ciegos , da pies á-los cojos, hace saltar 4 los tullidos , resucita muertos , y. es señor de la naturaleza. No es. mi animo calificar aqui y me- nos condenar, que haya tenido el don de profe: cia , la gracia de curaciones , inteligencia de idiomas , penetracion de espiritus y quanto ador- na al Apostolado. No Señores , los prodigios de que yo os hablo son de otro orden : exáminadlos conmigo. El Venerable Padre Diego arrastra de los corazones de: todos sinexcepcion alguna. Su voz lleva un cierto imán á que no se puede resis- tir. Los Obispos como que se olvidan de su dig- nidad:, de susaños:y de «sus:mismas vidas. por seguirle. Los Sabios confunden sus luces en pre- sencia de este , 4 quien unas veces llaman el nuevo Pablo , el.Agustino de nuestros dias > y el grande Chrisostomo: Los Nobles'se mezclan sin recelo con la' ínfima Pleve por:tener la for= tuna de oir. al Padre Cadiz. Las Señoras mas delicadas fortalecen su sexó para exponerse tres horas á las aguas y á los vientos por asistir sus Sermones. El pueblo abandona «sus trabajos: los artesanos sus talleres para no carecer de la gra- cia que se les reparte por este enviado de Dios, La Catedral de Valencia es pequeña para conte- ner las gentes que concurren á la Mision. Bar-
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