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5 Entretanto que llegan estos dias de consue- lo para la Esposa de Jesu-Christo”, una «Santa educación servia de cimiento al alto" edificio de la virtud , que la graciaiba trazando en la: búe- ná Alma del Párvulo Caádmaño. Siempre atento a la secreta voz que le Hamaba al Apostolado desde tan débiles crepusculos,; no: podia menos que figurarse y representarse'' 4 sus coetaneós unas. veces Misionero del Japón, otras Predica- dor insigne «de-muchos: Pueblos: Para'este efea- to , que no penetraba entonces, ; que aplicacion tan constante “4 -los' rendimientos de las cien- cias «humanas! «¡Qué progresos tan” rápidos!! ¿ Pero:qué velo de obscuridad sabía ya tender su humildad sobre sus adelantamientos y conoci- mientos? Ah! se mostraba sombrío , indeciso y sin libertad para exponer lo que comprehehdia. Pero aqui yo no temería pensar , que se iban de este módo significando los arcanos”, en que empezaba á:envolverse su' grande Alma. Ansio- so de sus adelantamientosse apartaba de las pue- rilidades de sus años: Una memoria facil y te náz «bien pudiera !permitirle algunas: inocentes recreaciones ;"perovelque avanzaba” un camino, que le: parecia demasiado largo, * no concedía descanso“á sus potencias. De aquí que sus-Maes- tros opinaban dél con novedad, y «sus Condisci-

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