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11 cion la distinguida Cuna de nuestro Heroe, De- xemos á los mundanos recreados con sus dora- das Genealogías , y no envolvamos al Padre Cadiz en unos rollos , que consume el tiempo y la polilla. Sabiendo que Dios para confundir el orgullo y la filosofia del Gentilismo, se valió de unos hombres sin reputacion, sin principios, gro: séros y arrancados de las playas del Mar de Galilea; y de entre las redes y barcas de pescar. Dexemos las Casas de: los Caamaños , y de .los Garcipe- tez de Rendón ,que se acuerden en hora buena delas relaciones que tienen con los Reyes Go- dos , y de los. íntimos énlaces con la. primera Grandeza de España. Fr. Diego de Cadiz será siempre su mayor timbre, por haber sido el Apostol de nuestra Península y de nuestros dias, «con: unas señales las mas raras y sobresalientes. so ¡Preguntad 4 Cadiz , primer testigo de ellas, Esta famosa Ciudad os dirá' que le wió entre los brazos de una Madre, no.menos admirable y digna de la. memoria de los buenos , que aque- lla: de quien=nos habla el segundo de los Ma- chabeos. Que desde las aguas bautismales er que/le bañó y fixó el dulce carácter de hijo de Dios , «advirtió en el Infante Caamaño un cier- to aire de magestad en su semblante ; una tier= na amabilidad en sus ojos .y .en sus inocentes la-
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