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(35) mi alma os amo tanto , que despues de Máx ría Santisima , nadie os ama: mas que yo 5 y continuaba : amados pecadores de mi alma, sien la bora de vuestra muerte , quando os presenteis en el Tribunal de Dios , conocieseis, que vá á caer sobre vosotros decreto terrible de condenacion eterna , justamente merecido por vuestras culpas , acordaos entonces de mí, acor= daos de mi, que ayudado de María Santisi- ma yo os favoreceré. Expresiones estas, de que toda Granada es testigo, y que yo mis- mo le 0í, De aquí en fin por último , y po- deroso recurso tomar en sus benditas manos la Imágean de Jesuchristo Crucificado, mi- rarla tiernamente , estrecharla ásu pecho tan fuertemente , que parecia querer entrarla en su corazon, besar wil veces sus llagas ado» rables, encaminarle con toda el alma en sus benditos labios aquel dulce vida de mi espe- ranza , con otros sentimientos , y afectos tan dulcísimos , que jamás se vió, mi oyó Mi- sionero tan fervoroso , tan inflamado en ea- ridad , mi predicador con mas uncion para convertir al pecador por obstinado que fuese, Su fé fue tan viva, como ardentísima su caridad, No os hablaré yo aquí de su fé 5