BCCSEV000XVIII-c-1371-0600000
(19) ¡Pero que obraba! ¡O gracia preciosa de Dios! ¡Que maravillosos son tus efectos! Yá, Señores, en este nuevo Sacerdote ha desparecido , se ha acabado toda endebléz, toda indiferencia , toda frialdad , toda tibie- za , porque la gracia del Sacerdocio lo ha fortalecido , lo ha determinado, lo ha llena- do de favor y de espiritu, para practicar el heroismo de todas las virtudes, que Jesue ehristo nos enseñó con su exemplo. Yá en Fr. Diego de Cádiz no se verá nada de jo- cosidad, aunque inocente, mada de juven- tud poco reflexa, nada de poesía profana, nada de distracción voluntaria , nada de pla- cer terreno, nada á las cosas del mundos porque su amor, su gusto, su aplicacion, su conversacion toda es para el Cielo, y 10 mira la tierra sino como un lugar de paso y de destierro. Ya de una vez entra Fray Diego en sí mismo , y no se verá en él si- no recogimiento, oracion continua, peniten: cia, mortificacion, ardentísimo amor á Dios y al próximo , exemplos y prodigios de to» da virtud y santidad. Desde este momento, su aspecto, su tra- to, su conversación , todo su exterior mani- fico»
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz