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E 1 de | dulcisiimo Salvador »-:el mérito infinito de su Sangre que ná dexa de interponer : las tiernas Oraciónes con que la Iglesia acompaña á sus Hijos en su última jornada : las palabras, qué su-Muy amable Jesusdixo para consuelo de sus escegidos , y queno cesa: de oir el Sacerdote moribundo : alegraos ; pues os aseguro, que volveré 4 vosotros > Y 05 conduciré á mi augusto Santuario: (45) todo esto le hace ya probar parte de aquel voluptuoso torrente que le espera : Letatus sum Ee, Imagenes mas. sensibles aun », dignas de una santa embis día ., suceden á las que acabo de exponer : fiel imitador núes= tro exemplar Religioso: ; de aquel Hombre , acabada copia de un Dios Humanado ;:de aquel Hombre 3 por cuyas virtu+ des ; por cuyas empresas ; por cuyo singular heroismo se hi zo merecedor, á que se diga de él con Jonatás lo que este de su Padre: mi Padre admiró, conmovió; turbó la tierra soda; de aquel Hombre ::'¿No' habeis conocido por estos rasgos al gran Patriarca San Erancisto: de: Asis? Fiel imitador del Padre en toda su vida ,: lo fué tambien en su' muerté : en aquella his 20 quanto fué del agrado de Dios: Fecjr quos placuit Deo; (46) y aun en ésta no se separó el P..Cadiz , digno Hijo de San Francisco de los exemplos que le dió : Er fortiter ivit in vía. Patris sui. Próximo á>la muerte él Patriarca delos Po- bres; pidió leyesen en el Evangelio de San Juan y Aquella parte, donde se refieren los excesós del amor ,que el ben= dito Hijo de Dios manifestó 4 los Hombres : (47) y el mo= ribundo Hijo ruega lean por toda la noche , aquella reve- lada Historia , llena de uncion del Espíritu Santo , (48) don= de se relaciona , siguiendo á los Evangelios ¿la Pasion acer- bisima , yla sangrienta muerte de su amabilisimo Jesus ::s, ¿Quién tanto habia ¡nculcado en sus Misiones , la memoria de los Dolores del Redentor paciente en una Cruz, la ola Vidaría en su muerte? ¡Que espectaculo tan tierno ! ¡Que edifi- Cante, ver áel P. Cadiz, estrechamente enlazado, con la Sacro- santa Imagen de su misericordiosisimo Jesus ! ¡Ab! vedlo , y contempladlo: observadlo , abrazado con aquel adorable Cru- cifixo , que colocado en sus manos , Y visto por los Pecadores, fué tantas veces la Serpiente de bronze , con cuyo aspecto sa-