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EN 50 ey sucesos futuros á las criaturas , el P. Cadiz es otro Jonas en medio de Ninive : ¡Cadiz ! ¡Oh Cafarnaun! elevada hasta los Cielos ¿qual será tu suerte ? Usque ad Infernum demergéris: (42) ¡Oh Puertos! ¡Ob Xerez! Él P. Cadiz es un oráculo, pues fué mucho anuncio , para congetura : el Cielo le ofrece un conocimiento anticipado de lo que vá á sufrir la incons= tancia en las santas resoluciones , y la infidelidad en los pro- positos : es forzoso que el delito sea castigado , y es justo que quien anatematizó sobre las ruinas de Jericó , experimente la recompensa de su instabilidad. Este generoso Josué levantó el grito, y contoda la vehemencia de un Profeta, dixo el dia qua: tro de Octubre de 99 : ¡4h Xerez! ¡Que ignorante estas de lo que te espera! Á el año justo en su computo matematico , dixo esa afligida Ciudad lo que Jerusalen : Vindemiavit me Domiz mus +3: ut locutus est. (43) ¡Quanta carnicería ! ¡Quanta desola= cion conduxo la tempestad que han sufrido los habitantes de aquellos Pueblos ! El yaticinio fué cumplido , y el -oraculo concluyó su término, no con el sentimiento que llevó el enviado contra Ninive, por que no secumplia lo que habia anunciado , si penetrado de fogosa compasion , á el ver la re- tribución de los delitos : abrasado de zelo por la salvacion de las almas ; lleno de generoso desinteres , por que no fuese es- teril su predicacion ; y últimamente incansable por llenar su ministerio, se acerca este hombre benefico para la humani- dad , á aquel instante, en que el Justo Remunerador de lo malo, y de lo bueno, le premiará el heroismo de su Apóstoli- co Ministerio. En pocos instantes concluiré el elogio 'de nues- tro Venerable Sacerdote , digno de una memoria inmortal : los sollozos que de nuevo advierto , dirigiis hácia el tumulo, que nos recuerda el fallecimiento de este Príncipe esclareci- do , me indican Os preveniis para oir' la preciosa muerte con que concluyó su vida exemplar y virtuosa : no os habeis en- gañado ; 0idme. ¿Mas podré cumplir lo que he insinuado ? Mi insuficien- cia se atrevió á- intentar describiros á este Hombre en todo extraordinario , y verdaderamente grande : yó se, que no he propuesto su retrato con toda su perfeccion : mil rasgos bri-