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ENS 37 3 diz:: Nuestros Hermanos errantes ponen á su disposicion algu- nos miles de pesos, concluida que fué la Mision que les hi= 20: pero este hombre que tiene puesto su corazon , y todos sus intereses en el Cielo , no mirará sino con enfado como Das niel , las señales con que el reconocimiento exbibe su obliga- cion. ¿Esto es poco ? Observadlo en Madrid : allí edifica ¡ ad= mira 5 en su Persona todos ven á un hombre digno de todo aprecio: mas el solo , contra si mismo á cosa alguna se juzga acreedor. Ambiciosos , que de vuestros talentos haceis la basa para erigir trofeos á vuestro orgullo ; y que si os falta el mé- rito , supliis vuestra miserable indigencia con los resortes de las maniobras, y de la intriga::: El exemplo del P. Cadiz se- rá siempre , quien condene las miradas de los esclavos de la fortuna : allien efecto , se vé á una mano poderosa , fiel dis- pensadora de las confianzas de nuestro muy Piadoso Rey , el Señor Don Carlos III. quien para los primeros honores del Santuario , no miraba á la ambicion que los solicitaba , y si á la Santa ambicion de no aspirar á ellos ; aquella mano se eleva , para poner sobre la Cabeza de nuestro amado Difunto una de las primeras Mitras de la Nacion. ¡Oh ! ¡Qué estreme- cimiento! ¡Qué temblor ! en su semblante se mira aquel gra- cioso colorido , con que el pudor dibuxa la vergiienza, y á el bochorno. Inmortal contienda : espectaculo edificante : el remunerador del mérito , llenando las confianzas del Principe, oye los gritos del rebaño , que apetecen ver renovados por el P. Cadiz los bellos exemplos de los Isidoros , Villanuevas, Ó de aquellos otros Heroes , Que fueron el ornamento, yla gloria de las Cátedras Episcopales. Solo hay un obstaculo pa= ra que se realízen estos deseos ; este obstaculo es insuperable + el P. Cadiz es, el solo que lo pone : confundido, llora ; se hin= ca de rodillas; suplica; insta porel amor de Dios; y pór nues- tro Padre San Francisco ruega á un otro Hijo suyo, que ceda ensu empeño á sus instancias: el P. Cadiz vence en fin sy á todos constará , no era un hipocrita entusiasta , quando con el adorable Crucifixo en la mano , Su corazon le decia : Unico bien de mi Alma ::¡Ah ! ¿Quid mibi est in Colo, et á te quid vo- lui super terram? Deus cordis mes, es pars mea Deus in aternum, h (s)

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