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4 w3 ha honrado á la Religion : de ai, no llegar á tener cosa al= guna queel mundo la reclame como suya ; pues ni el mun- do le agradó , ni tampoco el complació á el mundo : de ai serle tan odiosas todas las impresiones alahueñas de los sen- tidos , como á nosotros despreciable la vista de las pavesas, y zenizas ; de ai jamás deslizarse tras las concupiscencias de lacarne:: ¿Qué he dicho yo mis amados ? voy á enmendar mi indiscrecion , apropiandole lo que el Crisostomo publica de San Pablo: Ego vereor ne jam ridiculum sit , binc Paulum welle laudare , qui semetípsum mundo crucifigens::: quasi mor- tuus prorsus ad mortuum immobilis permanebat. (54) Tal fué la vida del P. Cadiz, cuya perdida lloramos, lanzando profundos gemides sobre la tumba de sus Exé- quias: tal fué la conducta de este Varon maximo: de este insigne Sacerdote, cuyo caracter honró con sus edificativas virtudes; yó me confieso incapaz de apurar los elogios que merecen , y mucho mas desconfio , quando me acuerdo que dixe : Que tambien honró á su ministerio con el beroismo de sus empresas ; lo que destiné para argumento de la SEGUNDA PARTE. ciar la Santidad de sus Leyes ; públicar la pu- 2 . reza de sus costumbres; dilatar los magestuosos tc e pavellones de la Iglesia ; trabajar , en fin , por la conversion de las Provincias ; de los Reynos; del mundo entero , es propiamente hablando , emprender un ministerio, donde se reunen todos los trabajos : ¡carrera laboriosa | Carre- ra ,á la verdad , llena de sacrificios , pero sacrificios acompa» ñados de funestos peligros , si el Ministro de la Santa pala- bra ,no aparece mas respetable por sus virtudes , que digno de admiracion por sus fatigas : en una palabra ; si en sus em- presas , no sostiene por todo ,el decoro del Ministerio : En otro tiempo emprender este exercicio , era ser conducidos al $e e E Y cie la Religion : enseñar sus dogmas ; anun=