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EN 27 3 sus golpes no ,no eran como quien azota á el viento , sino al modo del que indignado se lanza sobre un mortal enemigo : ci- licios:: ¿donde estás instrumento espantoso , inventado , no para la mortificacion , si para la carniceria y el destrezo? Tal era el que usaba nuestro Penitente Misionero desde sus pri- meros años ; el era horrendo á la vista , aun de aquellos que estan acostumbrados á ver estos instrumentos de pavor para la delicadeza: ¿y dá quien , en realidad , no estremeceria un cinto de fierro , ancho como de medio palmo ,todo erizado de puntas de azero ? ¡Ay Dios mio! Vos recibisteis el no inter- rumpido Sacrificio ; el martirio prolongado que sufría vuestro siervo, quando una devocion imprudente lo comprimia: ¡quan- tas veces el dolor con que se profundizaban sus agudas puas, le hizo elevar los ojos 4 Vos, que teneis vuestra morada sobre los Cielos; ponerlos en blanco , y verlo los circunstantes , (yó uno de ellos) casi, casi con un aspecto moribundo | una mor= tal agonía vino sobre él ; y quanto se desvaneció aquel deli- quio momentaneo , se expresó con estas palabras : Vaya por vuestro amor Dios mio. No“menos espantosos son los que le hallaron en su muer- te: los he tenido en mis manos , y besado con devocion : pe- ro describirlos como-el resto de sus austeridades , sería demo- rarme demasiado , y siendo todo grande , en este exemplar Religioso , todo me llama la atencion : su Piedad no fué in- ferior á su Penitencia. Ser piadosos , es un deber que nos impone la Religion , y reclama la naturaleza : Jesuchristo mismo nos lo enseña : apa- reció , dice San Pablo, la Gracia de nuestro Salvador para to- dos los Hombres , enseñandonos á vivir piadosamente : que una filosofia insensata murmure , graduando la Piedad dé fanatismo , nuestra profesion Christiana exlge de nosotros el sacrifició- de nuestro corazon ; de nuestros labios; un culto Religioso ,-::: mil ideas se me escapan , porque mil lenguas no bastan para alabar en el P. Cadiz la edificante narra- cion de quanto incluye este Don del Espiritu Santo. Profundisimamente reconocido á el Soberano Autor de su existencia ; dispensador de sus gracias z fontal origen de todo bien