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96 tica del sauto temor, (a) y que nos enseña el cul. to , y reverencia , que debe darse a D ios como nuestro supremo Seilor , y C riador , se dexaba ver en la S.::ñ.;na Infanta , por sus dos actos recomen– dables la devocion , y la oracion. (h) La extrema– da aficion , que manifest:iba al Santo Sacrificio de l a Misa , la singular atencion , y el modo edifica– tivo , con que asistía á la celebracion de los divi– nos Misterios que alli se representan , y el sun-o respeto , co n que en todo tiempo miraba a las S:1. cerdotes , ( e) pero particularmente en aquel t rc. meudo acto ; la grande modestia , y notable com– postura , con que estaba en los Terr.plos, (d) con sus vivos deseos de frcqüentarlos ~ y de permane– cer en ellos n.ayor (·spncio del que le era perrr.i– tido , y la adhcsion IH.da vulgar, que se Je udvcr– tia a quanto era del culto , y alabanza del Seií.or, junto con ,u bella disposicio n , y prontitud de áni– mo para ocupane en piado<os exercicios, > en las cosas sagradas, son pruebas cl:1ras, que manifiestan su devocion interior, y verdadera, no menos que su Rcligion , y temor i n;.,s. De e:-te cr-pio o m:iu:u tia\ re:dL111d:1ba en su alma la firmeza ~olidi– sima de su fé, que 110 pudo derribar la tent::cion, ni conmover aún levemente la malicia : de e te el ainur a su Criador, (e) cuyo ardor no pr:d1ero11 e<1i1 1 guir las_ turbias, y cenagosas a!!,tlas de los ví.c111s , qnc a manera de ca1 1 d..lo,os riu~ im.¡,J n al Ell'ipto de este mnndo; y de ute mi•rro la 1c.bt· s– tc~ de su conJianza, 1 /1 LOn q1,e sm acoL01d~de ks