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91 trato con el sob e rbio nos ocasion a soberbia , (a) la compaüa del pe rverso es causa p ara p ervertir– nos , (b) y el exemplo de los malos , motivo po– d erosísimo para nuestra relaxacion. (e) Ved en es– to solo el gran fo ndo de religiosidad , y verdade– ra virtud de esta Señora, pues segun el testimo– n io del Aposto! Santiago , es uno de los signos mas claros de la p erfeccion de un cristiano , el conser– varse sin mácula entre los trupiez , y ocasiones de pecar, que ofrece el siglo cor 9hlpido, en que vivimos : Relif!.iO m:mdn, et immacutata ap1,d D,wm, et P att·em bate est::: immaculatwn s,: c.,srodire ab boc saeculo. (~) Ved en esto mismo un fundamento na– da ambigüo, para que nuestra piedad no dude de la eterna felicidad de su alma, sllpuesta la fé que se merece el oráculo divino, a favor de los que no siguen el exemplo fo tal de los impíos, ni an– dan ror la erradas sendzs de los pecado!e,. re) Y vt>d por ultimo una Seifora, a qnien en algu11 mo– do se le p11ede apropiar lo que del Santo Job di– .XO al Seííor, que era un alma llena de s1mpl.ici– dad , y rectitud , temerosa de Dios , y tan distan– te del pecado , que aún entre graves peligws con– scrval:-a sn inocencia. Vfr simplex, et rect:ts, ac timem Dcum , et recede11s a malo , et adb:1c reti;1ws itmo, Hti(>m. (j) Adn.ir;ible es , no puede negarse, que entre los pergros de las Cortes , mayores sin dud", que aq11ellos de que dice el Aposto], abundan lo, 1N– res, los cnminos, las ciudades , y aún los de~· er– tos n.us solitarios, cor.servafe esta S1;fora su i•10- M 2 cen- ---------- " l:ctli.13.,. b l'sal.17.~ 7 • e 3.Rcg.11 .,:,., á Jacob. 1.,:,. 7 , • Psal.1.1. f Job.~.3.

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