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88 ble, para los que teniendo ese ·targo c1csean el me• d io mas oportuno para su acertada direccion. C 0 • nocia mui bien, que la diversa condicion del esta– do en las diferentes gerarquias del mundo , no es de algun mérito para con Dios , y que en su di.. vina presenci:i no hai accptacion de. personas ; por– que ignalmentc es Señor de los que sirven , y de los que mandan ; (a) y por eso detestab:i los me– lindres , y la aspereza, que suele inspirar a los Señores la soberbia , junto con la nímia puntuali– dad 1 con que quieren ser servidos. Si apeteceis otras pruebas, buscadlas en el horror que tenia a $11S alabanzas , y hallareis , que siendo en todo otro caso afable , y nada dcsdeiíosa , mudaba de estilo, y de semblante, quando al3tmo ,1tín de sus mas familiares la celebraba. Buscadlas en su ~mot á la sinceridad, y encontrarais, que esta le hacia abominar la adulacion, y la lisonja , y huir qnan– to le era permitido del trato con las gentes , poi evitar las ocasiones de estos tropiezos. Buscadlas e11 su humildad , y vcrei~,, que :iquella misma a quien tanto r.~tidiab:111 los apla11,o, "' V l~s t.:ele... bracio11cs propias, se complacia notablemente en las agenas; porque no le havia contaminado con sn negra tiíía el detestable soberbio vicio de la em– bidia. Pues no estrañemos yá los que de su ino– cencia nos d~xa asegurado sn diestro , y prudente Confesor; OL que fuese de todos tan amada, ha~ viendole tocado un alma bu,.;,1a , y pre, cnidola el s~í1or C0)1 bendiciones de dul7tWl, para qne nQ le ot~ndii::se con grave culp..1 , porque como nos di- a lbid: et 1, Pet,1.17,